Es una terapia biológica regenerativa de la vagina y la vulva con plasma rico en plaquetas (PRP).
El PRP (que se obtiene de la propia sangre de la paciente, por ello se denomina “autólogo”) consigue estimular la formación de nuevos vasos sanguíneos, síntesis de colágeno y proteínas que ayudan a mejorar el metabolismo de las células.
Con este tratamiento se consigue mayor hidratación, lubricación y elasticidad así como disminuir los síntomas relacionados con el picor, ardor y escozor en la zona vulvo-vaginal.
Está indicado en enfermedades crónicas genitales (sequedad, atrofia, dolor) y flaccidez. Principalmente visto en pacientes postmenopáusicas.
Se utiliza también como opción de tratamiento en procesos inflamatorios crónicos de la vulva (liquen escleroso, liquen plano y dermatitis en general en esta zona).
También se utiliza en cicatrices postparto dolorosas y combinadas con otras terapias como ácido hialurónico, carboxiterapia, HIFU o láser.